De las Bodas de Ross

por Jun 27, 2019Blog, Nuestras historias0 Comentarios

About Ross’ Juibilee

No se sabe qué es lo mejor de todo, si la preparación  o la celebración, pues en el Noviciado el festejo de Ross inició desde muchos días antes, cuando se pensaba en el sitio de celebración, el tipo de adornos, los platillos exquisitos, la música, el ambiente, la limpieza y hospedaje, todo listo para el mero día…

About Ross’ Juibilee¿Qué se siente celebrar bodas de oro en el Noviciado?

Es algo muy bonito que no desea una que termine. Hay alegría, coordinación, espontaneidad en la creatividad y un espíritu de colaboración muy contagioso.

«Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén alegres y den a todos muestras de un espíritu muy abierto”

De lo más emocionante en este ambiente de gratitud, fue la llegada de las Hermanas invitadas: el grupo de Vida y Misión y amigas de Ross y de Hermanas que estuvieron en el Noviciado a su cargo en años anteriores…

El día 18 de Mayo, en casa Noviciado, Zapopan, Jal., inició el festejo con las “Mañanitas” especiales que cantamos todas en el comedor a la hora del desayuno. Antes de la una, ya estábamos en la Parroquia de San Cayetano, ultimando la participación en la Eucaristía, con adornos florales selectos, del gusto de la festejada.

Los Sacerdotes, amigos de la Comunidad, Hermanas de la Congregación del Corazón de Jesús Sacramentado y de algunas otras congregaciones, así como también personas de la comunidad aledaña, completamos el grupo que animaba con los cantos y lecturas elegidas. Los dos sacerdotes unieron su fe, al sentido de amistad y gratitud con que fueron invitados.

About Ross’ JuibileeAl finalizar, nos fuimos para la casa, donde lucían adornos originales festivos que las Novicias prepararon y el grupo joven colocó en las ramas del gran árbol, que nos ofreció su sombra durante la comida, en cuyo tronco estaban las gigantes letras del nombre de la festejada y el número de los 50 años…

El brindis con clericot no se dejó esperar y pronto apareció la música y un maravilloso artista que animó bastante a la concurrencia, invitando luego a bailar sones muy antojables para el caso. La comida estupenda: taquiza de carnitas, salsas variadas, etc., servidas por un equipo invitado, y al final hubo pastel, pero la fiesta continuó, cuando se organizó una ronda de canciones en torno a la fogata, cantando por turnos espontáneos, con la ayuda del karaoke. Hubo también salchichas y/o malvaviscos, refrescos y alegría hasta bien entrada la noche…

Ahora sí le podemos preguntar a Ross si estuvo alegre y feliz en su Jubileo… Creo que hicimos caso al llamado de la Palabra de Dios que nos invitó desde un principio a estar alegres.

 

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