Hace un año, el 8 de diciembre del 2021,  decidimos realizar nuestro compromiso como laicos asociados jóvenes. Como toda comunidad, necesitábamos un nombre que nos identifique  y decimos llamarnos Comunidad Miguel Angel Torres, en memoria  de nuestro hermano Miguel, quien se fue  a la casa del Señor antes de poder realizar su compromiso, él fue la persona que más nos animo y quien nos dio la seguridad para seguir en este camino.

Este primer año se ha ido volando pero estamos muy felices de seguir formándonos de la mano de nuestra querida asesora, la Hermana Mirella Neira, quien siempre está ahí para nosotros. Y cómo no agradecer al resto de Asociadas que con sus oraciones y enseñanzas hacen que cada día sigamos amando ser parte de las CCVI .

Nuestro compromiso continúa y sabemos que aún nos falta muuucho por aprender, estamos dispuestos  y dispuestas a asumir los retos que se nos pongan y llevar a cada lugar la espiritualidad de la Encarnación.

Hoy les queremos pedir a todos ustedes, hermanos y hermanas, que sigan orando por esta comunidad joven para que nuestro amor al Verbo Encarnado siga siendo infinito.

¡Alabado sea el Verbo Encarnado!