¡Alabado sea el Verbo Encarnado, para siempre, Amén!

Agradezco infinitamente que la Red CCVI por Migrantes haya sido canal en nuestros colegios CCVI para profundizar y recordar a nuestras comunidades educativas CCVI la importancia de revalorar y permitir el encuentro con la realidad no ajena que viven día a día los migrantes y cómo podemos contribuir en esta labor de la cultura del encuentro.

Conscientes de que se necesita a toda una comunidad que sostenga y ayude a mirar más adelante, acogimos la invitación para hacer un análisis y reflexión sobre la situación de los y las migrantes y refugiados en el mundo.  Reconocemos que levantar muros de indiferencia trae como consecuencia la esclavitud en todas sus formas, por lo que siempre es muy necesario motivar a nuestras niñas, niños y jóvenes a darle valor a la persona, dignificarla, reconociendo en cada una, una hermana, un hermano, no importando su origen o donde haya nacido, ya que cada vez es más notorio en la sociedad la ausencia de una responsabilidad fraternidad. Basta ver las malas noticias del trato a los migrantes en diferentes partes del mundo.

Nuestro compromiso CCVI desde el ámbito educativo será siempre construir puentes, proyectar en las familias el valor de la interculturalidad, reconociendo al otro como persona, propiciando la cultura del encuentro. Así, para la actividad “Un corazón abierto al mundo entero” en los colegios CCVI destinamos tiempo y espacio en el curso de Educación en la fe.  Les proporcionamos a quienes coordinan este curso el fragmento del Capitulo 4 del Fratelli Tutti para su reflexión, así como una guía de preguntas para abordar el tema de la realidad de los migrantes y refugiados en el mundo.

Así, estudiantes y profesores reflexionaron la situación que se vive en la actualidad y la invitación de nuestra Iglesia. Nos involucramos todas y todos. Este fue nuestro itinerario:

Dialogando con las y los coordinadores, consideramos que esta actividad nos ayudó a recordar los valores y la misión CCVI, que consiste también en respetar la diversidad y ofrecer caminos de promoción e integración social en el mundo de hoy.

Nos queda la tarea de seguir moviéndonos a la acción. Todos los días podemos empezar ofreciendo empatía, dejando de lado el egoísmo e incidiendo en la sociedad que sí es posible ser comunidades que reconstruyan la cultura del encuentro.

Mtra. Soraya Hernández Gutiérrez 

Coordinadora General de Pastoral CCVI