Todas estamos llamadas

por Abr 29, 2022¿Qué hacemos?, Blog, Reflexiones0 Comentarios

1. Liderazgo de ser hermanas unas con las otras

El liderazgo en cuestión de responsabilidad, del carisma y la misión es de todas y no únicamente para las que serán elegidas. Por esto, nos tenemos que apoyar unas a otras en este liderazgo, confiando en que Dios trabaja y obra su Gracia en cada una de nosotras.

Un liderazgo de presencia y comunión primero nos recuerda que ‘soy hermana de mis hermanas’, que estamos siendo llamadas a ser hermana de mis hermanas. Ese es el llamado de todas nosotras, nunca lo olvidemos.

En todas hay un gran anhelo de sentirse como un solo cuerpo, que haya comunión, comunicación, abrazando su diversidad con todo lo que esto implica.

Queremos un liderazgo de acompañamiento, caminar juntas, nadie en frente ni nadie atrás, sino todas unidas. El acompañamiento es esa forma de ser líder también juntas. Es conversación y diálogo con escucha profunda, aún sin estar de acuerdo, somos hermanas.

Y como líderes honrar la presencia de Dios en todas las personas y todas las cosas, estas no son palabras sencillas, son muy profundas. Este liderazgo de todas nosotras como un cuerpo exige que honremos la presencia de Dios en cada una de nosotras y en cada cosa. Ser hermana unas con otras es honrar la presencia de Dios en cada acuerdo, en cada aplauso por los logros y también cuando estamos totalmente en contra del pensamiento de la otra. Una conciencia de caminar juntas como hermanas.

2. Un liderazgo que abrace la diversidad intergeneracional, intercultural y sus tensiones

Las tensiones representan una invitación y si hay tensiones es debido a la diversidad, de índole cultural, intergeneracional y eso es algo que celebrar, atender a la belleza de esta diversidad.

Estamos contentas con las diversas formas en que vemos y hacemos las cosas, pero a la vez es una fuente de tensión. Y ser hermana de nuestras hermanas no quiere decir que estemos de acuerdo en todo sino, más bien, como nos honrarnos y respetarnos en la diversidad. Puedo no estar de acuerdo, pero eres mi hermana, no me gusta lo que haces, pero eres mi hermana…tu cultura se enfrenta con la mía, pero aun así eres mi hermana.

Una de las cualidades que se nos pide como líderes, es la cualidad de abrazar, promover, celebrar nuestra diversidad. Es un gran desafío que requiere de una gran apreciación. Todas somos conscientes de la importancia de ser biculturales, bilingües. Hoy, el liderazgo nos está llamando a abrazar nuestra diversidad e intergeneracionalidad.

Esto requiere de la capacidad de afirmar. Afirmamos lo suficiente las unas con las otras: todas somos líderes. Es un llamado a no juzgar sino a afirmar. Afirmar nuestra diversidad y los desafíos que esto conlleva.

3. El liderazgo es dirigir las relaciones, colaboraciones y trabajo en redes bajo el espíritu de la sinodalidad y el discernimiento

El liderazgo trabaja a través de la colaboración, las redes, las relaciones y la cooperación. Todas tenemos que hacer todo, trabajar en redes, ser dirigidas mediante la colaboración es un llamado para todas. Nutrir las relaciones y la corresponsabilidad en la sinodalidad y, junto a la sinodalidad, a través del discernimiento personal y comunitario.

El espíritu inspiró un Capítulo centrado en lo que necesita el mundo hoy, un liderazgo de presencia y comunión y eso es lo que se requiere de nosotras.

4. Un liderazgo más allá de la hora

Tenemos muchas situaciones de urgencia que resolver hoy en día, pero al liderar juntas necesitamos continuar con la ayuda del Espíritu Santo para liderar más allá del hoy hacia el futuro.

Creatividad, apertura a lo nuevo, ser positiva en un entorno negativo, ser flexible, ser resiliente, tomar un riesgo, tomar decisiones difíciles… todas estas cualidades son propias de un liderazgo hacia el futuro, más allá de la urgencia de la hora.

Lo que nos da el valor y la fortaleza de correr este riesgo es si no sabemos responder ahora, quizá no haya futuro. Lo que nos da valor, fortaleza es liderar más allá del hoy, con los ojos en el futuro. Si no hacemos lo que se necesita hacer hoy, entonces ¿cuándo? Si no es ahora, ¿cuándo?

El liderazgo requiere ir más allá de la hora, lo que significa dejar ir, aceptar el cambio sin saber lo que nos depara el futuro, tomar decisiones difíciles, ser flexibles, estar abiertas a lo nuevo y mantener una creatividad inspiradora entre nosotras.

Es un liderazgo con una visión de que, si no hacemos algo ahora, aunque sea difícil, va a haber consecuencias en nuestro futuro. Todas estamos buscando las oportunidades para colaborar por el futuro de nuestras misiones. Aunque sea difícil tenemos que abandonar lo que nos es familiar para estar abiertas a lo nuevo y adentrarnos en los albores del futuro, todas juntas.

Caminar, escuchar, animarnos todas juntas, ser compasivas, ser hermanas . Abrazar, promover, celebrar nuestra diversidad y sus tensiones. Trabajar de colaboración sinodal y en discernimiento. Todas somos llamadas a vivir el hoy, pero con visión hacia el futuro, siendo creativas corriendo riesgos, tomando decisiones arduas, pero actuando hoy para nuestro futuro, con cambios profundos en nuestra forma de ser hermanas unas con las otra y en la forma en la que lideramos nuestra misión y visión.

 

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