Gracias a que la Pandemia del Coronavirus bajó de intensidad y a que el Instituto Nacional de Cardiología dejó de atender estos casos, sus Directivos decidieron autorizar el regreso del Apostolado de los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión.
Fue necesario habilitar una pequeña oficina en el Edificio Anexo del albergue, para el Sagrario, los Relicarios y todos los formatos y libros.
Así pues, desde la segunda quincena del mes de marzo, inició el cumplimiento de un protocolo establecido para reducir al mínimo los riesgos de contagio, para los MESAC Voluntarios y para los enfermos del Hospital al recibir el servicio y se reanudó el Apostolado.
En estos dos meses ya de que se inició nuevamente con este Apostolado, los resultados han sido muy ricos, tanto para los enfermos como para los Ministros, probablemente porque la Pandemia propició un ambiente de mayor temor y amenaza a la salud en el medio hospitalario, para los enfermos, han hecho contacto con su fragilidad y se favorece una mayor cercanía, afectividad y emotividad en el diálogo enfermo/Ministro, de manera que surgen fácilmente las lágrimas en el paciente, al recibir a Jesús Verbo Encarnado en la Comunión y así recibir su Paz y Consuelo.
Sobra decir que para el MESAC, éste ambiente tan sensible que se genera es igualmente significativo, porque nuestro apostolado también es la escucha de los pacientes y en algunas ocasiones de sus familiares, evangelizar, orientar y procurar la compasión y la misericordia.
El personal del Instituto, a expresado su alegría al ver nuevamente a los Ministros, colaborar en la salud espiritual de los pacientes.
Respecto a las estadísticas, las Comuniones diarias están entre 20 y 30 enfermos y 10 solicitudes de Confesión.
Gracias a Dios, se ha tenido el apoyo semanal para las Confesiones y mensual para la Consagración de las hostias, del Padre Marcelo Ramírez, de la Parroquia de Tlalpan, que no ha dejado solos a los pacientes en ningún momento, a pesar de la pandemia.
En resumen, aunque parezca extraño, el Apostolado MESAC en el Instituto Nacional de Cardiología, gracias a la Pandemia, ha renacido con inesperado resplandor.
Después de muchos años como MESAC, la semana pasada al terminar mi servicio en el Hospital de Cardiología, me ocurrió algo que nunca me había pasado, de pronto brotó en mi interior la inspiración para cantar en silencio: “No hay Dios tan grande como Tú, no lo hay, no lo hay. No hay Dios que haga maravillas como las que haces Tú».
Apóstoles del Verbo Encarnado
MESAC en el Instituto Nacional de Cardiología Dr. Ignacio Chávez.
Me gudtó mucho vuestra pagina y la canción. No hay Dios tan grande como túuuu, no lo hay , no lo hay.